domingo, 23 de enero de 2011

De la Superación anarquista: Desarrollo psíquico y transformaciones del espíritu (L.M.E.2)


LA MANADA ESTAMPIDA. N*2

De la Superación anarquista: Desarrollo psíquico y transformaciones del espíritu. Relación entre la ciencia psiquica y Nietzsche.


"La pasión por la destrucción también es una pasión creadora" (M. Bakunin)

1 - Cuando en ciencia oculta se nos habla de “desarrollo psíquico”, esto siempre tiene que ver con un liberarse de un significante despótico, desde la anti-produccion de lo constante en el dominio psiquico. Es desde este punto de vista en que verdaderamente se registran las variaciones continuas: Roberto Siebenschein en su libro Astrología Hermética, nos recuerda la vieja historia filosófica de Edipo y la pregunta lanzada a él por la Esfinge; enigma que sintetiza la cuestion del desarrollo psíquico. La pregunta lanzada por la esfinge: ¿Cual es el animal que cuando nace camina en 4 patas, cuando es adulto en 2, y cuando es viejo en tres? La respuesta de Edipo: “El animal que cuando nace camina en 4 patas, cuando es adulto en 2, y cuando es viejo en 3, es el hombre.” La cuestion de caminar es la cuestion de avanzar. En cuatro patas cuando se es niño, porque primero gatea. Lo psiquico del niño se encuentra en desarrollo, como la mente que se carga de existencia. Debe cargarla en la experiencia: de felicidad y paraiso de la niñez, pero de ello mismo -y en negativo- tanto de "culpa" y como de "deber", abnegando poco a poco sus pensamientos. Lo psiquico se desarrolla cargandose de vivencia y cicatrices. El numero 4 es el numero de la cruz: la cruz que carga el niño hasta su adultez, en su abrazo cada vez mas estrecho de lo social. La mente se carga de compromiso y de responsabilidad social.

2 - Luego que supera esta primaria afección de llevar cargas, camina en dos pies y con la frente en alto: se encumbra la figura del adulto. El numero 2, osea los dos pies, representan al Yo y al No-Yo. Esta segunda etapa del desarrollo psíquico consiste sobre el Yo que se afirma en "lo que se niega" al caminar. Debajo de su "Yo quiero ser", como cara oculta resuena un "...porque esto otro quiero dejar de ser". Su "Yo quiero ser" esta aun formado de todo un pasado "deber ser", que quiere dejarse forzosamente atras. Por lo tanto, su movimiento de huida a la niñez sigue cargado de fuerzas negativas, pues tan solo es el producto de la negacion de su pasado. Su flujo de "Yo" es aún una reaccion a las cargas de la niñez. Pero, ¿como liberarse realmente de la carga del pasado? ¿Que significa pasar de la adultez a ese mundo incomprensible e imperceptible de la adultez?

3 - He aqui la tercera etapa del desarrollo psíquico, la vejez: “Dos pies y un bastón”. Comprensión de la vida más allá de las limitaciones impuestas por el Yo y el No-Yo. Recordemos nuevamente que lo que recompone al Yo y su negación, es la idea (simbolizada por el numero 3), que supera esta ilusoria contradicción interna. Superación de las limitaciones impuestas por el Yo y el No-Yo, ese es su relato fundamental. Yo=(+), No-Yo=(-), la idea o superacion=3 o equilibrio de (+) y (-). "Dos pies y un baston". El Yo superando las cargas de la niñez, alcanzando el mas alto grado de desarrollo psiquico: la idea que equilibra la fuerza activa del Yo y la fuerza pasiva del No-Yo, transformando la ventaja de lo negativo en la adultez, por la ventaja de lo positivo en la vejez.

4 - ¿Pero como llevar a cabo este desarrollo de la vejez con respecto a la adultez? ¿En que medida podemos encumbrarnos mas alla del Yo y el No-Yo?, o mejor, ¿como realizar la síntesis del Yo y el No-Yo? Quizás una respuesta clarificadora la podremos encontrar de la mano de Nietzsche en “las tres transformaciones del espíritu” de Así hablo Zaratustra. La primera transformación del espíritu en camello, se dice de un concepto similar al del niño gateando. El camello es el animal de carga. “El espíritu pide a voces cosas pesadas”. Nuevamente afección por llevar cargas. Así el camello exige llevar sobre si mismo lo mas pesado, al “héroe”, como queriendo cargar con el destino de un pueblo entero, escalar los más altos montes y con ello forjar el espíritu mas sólido. “El espíritu sólido echa sobre sí todas estas cosas pesadísimas; y a semejanza del camello, que corre cargado por el desierto, así corre él por el desierto.” Pero este camino lo lleva inevitablemente a la soledad. De aquí la segunda transformación del espíritu, desde la soledad misma, de camello a león.

5 - El león quiere caminar de acuerdo a su propia voluntad. El león grita: “yo quiero”. Poder conquistar la libertad y “ser amo en su propio desierto”. Aquí reboza la clave del desarrollo de la adultez a la vejez; el león “quiere ser enemigo suyo y de su ultimo Dios: quiere luchar por la victoria con el gran dragón.” El dragón son todos los valores creados a los que se “debe” desde la niñez, y frente a los cuales el león grita e impone un “yo quiero”. Durante la adultez el hombre eleva su “yo quiero”, pero aun lo hace basándose en la negación de lo que “debe”. Por esto Nietzsche distingue entre la voluntad de poder negativa y positiva. El hombre-león avanza, pero aun lo hace nutriéndose de energias negativas. Su avance aun es producto de una reactividad. Un producto de un producto. El león aun esta envuelto en el proceso productivo de su propio sistema. En otras palabras, el león aun no puede crear. Su estado espiritual sigue siendo un reflejo o cara oscura del dragón. No la antiproducción en relacion al propio sistema, sino que el cambio de mando en la dirección de la producción, de animal cargado a animal cargador de otros animales.

6 - La tercera transformación del espíritu por fin se condice con la antiproducción. Escapa al sistema y su contradiccion fundamental, su tesis (el Yo) y su antitesis (el No-Yo). El león se transforma en niño, así como el adulto alcanza la vejez. “El niño es inocencia y olvido, un nuevo comenzar, un juego, una rueda que gira sobre sí, un primer movimiento, una santa afirmación.” La fuerza creadora y positiva del encuentro con lo Otro, en la antiproduccion del Yo y sus energias negativas. De su creacion a él mismo, un eterno retorno de fuerzas volitivas-positivas.

7 - Pero aún cabe dilucidar la similitud entre la inocencia del niño y la idea de la vejez. Debemos recordar que ya definimos anteriormente a la idea del ocultismo, como la fuerza primaria anterior a todas las formas, como la antiproducción del sistema formal. La idea es la rueda que gira sobre sí, un primer movimiento y una afirmación. Por otra parte, la voluntad de poder tambien se sirve de un "primer movimiento", o movimiento original alimentado de fuerzas positivas, y lo hace a través de la creación, realizando la real expresión de la antiproducción. La "idea ocultista" y la "creación nihilista" son los dos supuestos elementales de la libertad completa en la antiproducción: decíamos en un principio que la cuestión del “desarrollo psíquico” se realiza siempre de acuerdo a una significante despótica que pretende ser superada. La significante despótica se carga en la etapa de la niñez, se rechaza o niega durante la adultez, y se diluye o supera en la vejez. Todo parece tratarse en principio del problema de la identidad: conformación del “Yo” y superación de las contradicciones derivadas del “Yo”. Pero no podíamos explicar satisfactoriamente el simbolico paso de la “adultez” a la “vejez”. Para esto recurrimos al concepto analogo de las trasformaciones espirituales. Pero cuando la detallamos resulto ser que toda evolución espiritual implicaba la cuestión de las “fuerzas positivas y negativas”. Ya no un problema de identidad, sino mas bien un problema material de la realización de las fuerzas y las energías. Identidad del ocultismo y relación de fuerzas en Nietzsche.

8 - Del lado de la identidad: la “vejez” como etapa superior del desarrollo psiquico; del lado de las fuerzas postivas: el “niño” como figuración de la voluntad creadora. ¿En que coinciden, o que elemento es el que nos permite explicar lo Uno por lo Otro? Para abordar este punto, debemos recordar genealogicamente el problema del espiritu y el cuerpo. Esta primera concepción del ocultismo, de la ciencia y el desarrollo psíquico, fue elaborada cuando el problema del cuerpo aun no era introducido como problemática científica y filosofica: la dualidad del cuerpo y el alma. Mientras que la concepción de Nietzsche, de la superación por las fuerzas creativas, fue elaborada en plena etapa de decadencia de los valores espiritualistas. Quizás de esto se desprende que la ciencia psíquica evalúe la superación de la identidad por la antiproducción del cuerpo (la transformación del cuerpo de la niñez a la adultez, y por fin, la antiproduccion del cuerpo por la vejez); así como Nietzsche dibuja la cuestión de la realización de las fuerzas positivas, expresandolas por la transformación o vuelta al “niño” del espiritu, en la antiproducción del espiritu sublime, de Dios al niño. El método analógico no debe ni tiene que responder, o tratar de ajustar este tipo de cuentas teóricas sobre una explicación “postular” o “explicita” de la verdad. Le basta con que se entienda la idea de su unidad por la analogia. Por otra parte -y de acuerdo al régimen complejo instaurado por las maquinas productivas de lo social-, a las teorías de liberación les basta con mostrar el problema primario de la libertad o la esclavitud en términos de “fuerzas”, pues de este forma pueden demostrar que la superación fundamental del sistema se reduce, teoricamente hablando, a la cuestión fundamental de la producción de status quo, o la antiproducción del sistema por la perpectiva. Los dos usos del pensamiento y la fuerza en la vida cotidiana: el uso estandarizado por la producción capitalista (la formalizacion de las instituciones a los roles sociales), o la antiproducción del cuerpo y el espiritu por la creatividad anarquista en la construccion de alternativas (la superación de los limites establecidos por las maquinas productivas). Cuestion elemental para la superacion del sistema.


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